MANUSCRITOS DE AURORA ROUBIK

EL TITULO DEL BLOG,ES LA EXPRESIÓN FIEL DE LA REALIDAD,MANUSCRITOS ES LO QUE ABUNDA EN NUESTRO HOGAR.LA RECOPILACIÓN HA SIDO ARDUA,CUADERNOS,LIBRETAS,PAPELES Y MÁS PAPELES EN LOS QUE FIGURAN CON LA MISMA NATURALIDAD RECUERDOS DE SIGLOS ANTERIORES,SERES DE OTRAS DIMENSIONES,CULTURAS DESCONOCIDAS,ESPÍRITUS ELEMENTALES DE LA NATURALEZA Y TODA SUERTE DE COSAS INEXPLICABLES QUE MANTIENEN AL LECTOR ENTRETENIDO.

martes, 5 de julio de 2011

EXTRACTO DEL LIBRO UN MUY LEJANO AYER







Comí porque está bien perder el apetito por amor pero por una tragedia...jamás.

 Ahora estoy aquí y no se me ocurre que hacer; menos mal que ya se me ocurrió, no me puedo permitir perder mucho tiempo, afortunadamente mi cerebro responde bien a las emergencias, es mi vida la que está en juego y no voy a entregarla tan fácilmente.

Volví a toda carrera  con la esperanza de encontrar a mis padres en el mismo sitio, lo estaban. Con la respiración alterada y sin pensarlo mucho...me lancé diciendo: Lo siento, pero debo reconocer que les escuché hablando sobre Saúl, otra esposa, otro hijo y me gustaría saber que otro pequeño detalle me falta por conocer. ¡Ninguno! fue una respuesta  dada al unísono, con caras descompuestas.

Me quedé paralizada, no sé si de alegría, de confusión o de pánico, aunque esto lo descarté en seguida, no se puede sentir pánico si conoces una situación, sólo tienes que dominarla y punto.

Volví a salir corriendo, esta vez hacia la casa de mi prima, mis gritos al llegar llamándola  alarmaron  tanto a mi tía que sin preguntar salió corriendo a mi encuentro. Tía, tía alcancé a gritar ¿Pasa algo, puedo ayudar?  Gritaba ella mas que yo. Se detuvo en seco ¿No vienes tú en busca de ayuda? Negué con la cabeza y la pobre tuvo que afirmarse  a una palmera, había imaginado lo peor según dijo. ¿Qué sería lo peor para ella? Apareció la cabeza de Dhara en medio de mantas y al verme se le iluminó el semblante por completo. Vístete que tenemos que hablar, fueron mis únicas palabras. Hoy diría que yo estaba en pleno shock, me sentía extraña. Puse a Dhara al corriente de todo, no hubo nada que no le pareciera fantástico, el tener al lado un hombre tan experimentado como él debía ser maravilloso. No quise ser descortés, pero le recordé que nosotras teníamos muchos hombres experimentados y si de verdad eran tan maravillosos seguramente estaba tan acostumbrada a las maravillas que no me importaban mucho. Entre risas me situó rápidamente en otro tipo de maravillas que realmente no habían estado expuestas por los especimenes a que yo me refería y no sonaba nada mal el proyecto  que me presentaba. No obstante, tanta supuesta experiencia no dejaba de ser un inconveniente para mí que realmente no tenia ninguna.
Me parecía más fácil  y dulce irla adquiriendo poco a poco con Said. Hasta allí llegó mi interés en el asunto. me puse a llorar como una niña; menos mal que Dhara estaba a mi lado, ignorando mis sollozos continuó enarbolando cuanta cosa bella se le ocurría para convertir la tal experiencia en un acto casi mágico lleno de música, aromas y placeres.

En ésos momentos estaba demasiado triste evocando la cara, los cabellos color miel y los ojos verde claro de Said, podía entender su tristeza, sus ademanes jamás mostraron la dicha de vivir; yo tampoco los hubiera mostrado si fuera obligada a acompañar a mi padre a pedir la mano de una mujer que será su esposa y ella resulta ser menor que yo y para  colmo  me atrae y  como si fuera  poco…no le resulto indiferente. Estas conjeturas me llevaron a abrazar a mi prima y llorar por todo que era mucho a raíz de esto, quedamos ambas empapadas porque ella comenzó a demostrar tanta destreza en el llanto como  en  las artes amatorias. Decidimos unir nuestras fuerzas y hacernos una lista con todas las interrogantes, de ésta manera nos aseguraríamos   de que nada se nos olvidaría.

1.- ¿Con qué frecuencia vendría yo y  por cuanto tiempo?

2.- ¿Vivía la primera esposa?

3.- ¿Cómo podría describir a sus esposas?

4.- ¿Tendría que vivir de un lado para otro?

5.- ¿Que pasaría si me moría o me asesinaba o me hacía desaparecer?

6.-Si por el contrario el que moría era él ¿me irían a buscar como hicieron con mi
     tía   Nahor?

7.- ¿Cuánto tardarían en ello?

Antes  de que yo me arrepintiera de preguntar, porque yo estaba pensando que estaba dando muestras de flaqueza con mi actitud, Dhara me agarró de un brazo y prácticamente me arrastró hasta donde estaba mi madre. La hallamos recogiendo unos pequeños frutos. La obligamos  a dedicarnos todo su tiempo y le lanzamos a quemarropa las preguntas. Las escuchó todas con mucha atención, nos pidió el trozo de pergamino en el cual las habíamos anotado y nos dijo que empezaría por la Nº 5 porque era la más importante. Ya lo creo pensé, morirse no es para menos, venga de donde venga.

Vamos a separar la pregunta en dos partes dijo pausadamente. Si te hace desaparecer, que no lo creo, te buscamos hasta encontrarte. Me encantó su respuesta, íbamos bien. Si te mueres o te asesina, que lo creo totalmente imposible, estarás siguiendo el ciclo de la Eternidad  Respiré profundo, era el tema que había querido tocar con ellos días atrás ¿sería una señal? Claro, no contaba entonces con tomar parte tan activa en la experiencia

Guardé silencio, mamá continuaba; la  expresión muerte se refiere sólo a la forma. El espíritu no conoce la muerte. Tanto la muerte como el nacimiento son relativos, lo que llamamos muerte aquí en el mundo espiritual es un nacimiento y viceversa. En cada una de éstas diferentes vidas aprendemos y mejoramos nuestra esencia permitiéndonos ser mejores cada vez. Te podría hablar mucho más sobre esto, pero creo que con eso basta para aclarar tus dudas. No quise romper la seriedad del momento, pero realmente no estoy para nada interesada en agregar a mi experiencia mi asesinato.

lunes, 4 de julio de 2011

¡ TE HAS PREGUNTADO QUIENES SOMOS REALMENTE?

¿Te has preguntado quienes somos realmente?

Somos una masa abierta a expensas de nuestros propios actos que luego se transforman en nuestras propias experiencias.

¿Te has preguntado cómo somos realmente?
Algunos somos lo que queremos. Podemos llamarnos valientes.
Otro somos lo que podemos. Podemos llamarles conformistas.

Otros somos soñadores y no sabemos o no queremos ejecutar. A ésos podemos  llamarles holgazanes.

Otros ejecutamos cosas sin pensar primero y cuando lo hacemos… generalmente descubrimos que no sirven para nada. A ésos podemos llamarlos atolondrados.

Ahora debemos tomar nuestras propias conclusiones para analizar nuestro sistema de vida.

Lo que nos creemos valientes, lo somos puesto que nos levantamos cada vez que nos caemos  y lo seguimos haciendo.

Los que nos creemos conformistas, somos lo que hemos  aprendido que la vida es preciosa y que le hacemos falta a las generaciones futuras para hablarles calmadamente de las maravillas del planeta.

Los que somos soñadores, hemos aprendido que trabajamos más que nadie imaginando un mundo mejor para vivir.

Los que ejecutamos cosas sin pensar y luego no sirven para nada, estamos tratando de decirle al mundo que hay tanto por hacer que aún no están ni cerca de llegar  a precisar nuestros inventos, y lo único verdadero de todo esto, es que no somos ni valientes, ni conformistas, ni holgazanes ni atolondrados, sino únicamente egocentristas porque buscamos lo que queremos nosotros, pensando sólo en nosotros y sin más miramientos que nuestro bienestar.

Todo esto a raíz de la anécdota de un rinoceronte y una tortuga
 “Un Rinoceronte quedo huérfano y fue cuando una tortuga de 100 años lo “adopto” como hijo…y para arriba y para abajo andaba la tortuga con su Rinoceronte”
 En Movilnet 25-10-2006







sábado, 2 de julio de 2011

UN DIA COMO HOY- EL REY LEAR

UN DIA COMO HOY
Hoy es un gran día, cumplo 18 años, se supone que soy “toda una mujer”, de eso no estoy muy segura todavía, pero al menos soy oficialmente “mayor de edad.”
Como no quiero olvidar lo maravilloso de mi infancia para traspasarlo a mis futuros hijos, después de hoy se supone que ya puedo ir pensando en ellos, claro…después de haber encontrado un novio dispuesto a ser tan buen padre como existen algunos en la realidad y muchos otros en los cuentos, pero por el momento voy a analizar todas las historias que  noche a noche escuché de mi  mamá o de mi abuela  y en muy contadas ocasiones también de mi papá, las que lograban mantenerme despierta mucho más tiempo porque eran todas llenas de aventuras, de peligros, de tierras desconocidas y de extraños personajes.
Pensándolo bien, creo que recibí una buena dosis de lecciones de vida por ese medio.
El Rey Lear de Shakespeare, era uno de mis favoritos con sus  tres hijas, algunas…dispuestas a alabarlo al máximo con tal de ser  designadas para ocupar el trono. ¿Adivinan quién era el narrador? Mi papá.
Claro, ahora recapitulando, estoy segura de haber pedido varias veces que me lo contaran porque recuerdo haber catalogado al protagonista de muchas maneras: de malo, de idiota, de déspota, de débil, de ingenuo, de gruñón y que se yo cuantas cosas más.
La primera vez que escuché la pregunta decisiva, aquella que otorgaría el sitial máximo  a una  de las 3 jovencitas, recuerdo haberme comido las uñas por primera vez, aquí la voz del cuentacuentos de turno se tornaba gruesa y fuerte y sonaban las siguientes palabras en mi cuarto haciéndome temblar:
¡Quiero saber cuánto me quieres hija mía! Decía el rey  esta vez a la mayor.
 Ahora, la misma pregunta a la mediana y por último a la menor.
Las respuestas no se hicieron esperar, mis uñas seguían desapareciendo descuartizadas por mis dientes.
Las dos primeras respuestas se dejaron oír cargadas de elogios y más elogios.
La tercera, fue mucho menos llamativa, esa voz que se esmeraba en ser suave para cumplir con el rol que desempeñaba en ese momento, dejó escapar unas palabras muy sinceras las que lamentablemente no fueron del agrado  del monarca. Insisto en llamarle así, porque le quedaba entonces muy poco tiempo para disfrutar de tal privilegio.
“Te quiero tanto como cualquier hija a su  padre.”
Realmente esta chica no sabía nada de publicidad porque “raspó” la materia completita. Aquí no era asunto de tonalidades, sino de algo mucho más importante. Le faltó una Hada Madrina que la aconsejara, pudo haber dicho lo mismo, no estoy en contra de la sinceridad, pero si en la forma de decirlo, creo que tampoco se supo desempeñar en diplomacia, mmm…que desastre.
 En aquella ocasión, ya  estaba mi abuelita llegando con un platito con  ajo y pimienta machacados donde la punta de mis deditos sufrieron una buena dosis de giros violentos para que ni se me ocurriera volver a “comerme las uñas” porque se me iban a perforar las tripas.
Pensándolo bien, era la primera vez  entonces que  lo escuchaba, por lo que desconocía el final ¿cómo pretendía mi abuelita que no estuviera nerviosa?
Bueno, para hacer el cuento más corto, aquí tendré que meter a los dos varones también, porque no sólo tenía el rey “problemitas” con las féminas, sino que además con  sus dos caballeros, el primero legitimo y el segundo ilegitimo, quienes pertenecían a “la misma Liga de los Problemas” y para colmo, nunca entendí porque no estaban ellos  en la lista de los interrogados sobre sus sentimientos para acomodarse en el trono.
 El bueno de Edgardo, su hijo legítimo y el perverso de Edmundo quien bajo toda suerte de intrigas espeluznantes, sacó “del ruedo” a su medio hermano con lo cual le fue mucho más fácil tejer toda suerte de barbaridades para manejar al rey.
Con esto salvamos nosotras las mujeres la “reputación de cuaimas” (dicho en buen criollo), porque ya vimos que ellos   también le dieron tremendos dolores de cabeza.
Volviendo a nuestro rey,  nunca me quedó claro si dejó de serlo antes o después de  traspasar el umbral de su castillo para refugiarse en el bosque  al  ser  traicionado por sus dos hijas mayores Goneril y Regan tan pronto sus respuestas fueron aprobadas y se ejecutaron ciertos tramites burocraticos. Como comprenderán,  Cordelia…no tuvo mejor suerte en ese momento.
Claro, como entonces no había ni  teléfonos ni mucho menos celulares y ni que decir de GPS,  por lo que sobra decir que no se encontraron sino hasta transcurrido un buen tiempo en el cual la hija menor había tenido una mejor suerte que el anciano y pudo acogerle con el mismo cariño que “cualquier hija pudiera sentir por su padre” cuando las circunstancias lo llevaron cual mendigo y ciego para colmo hasta su palacio.
Esta historia y muchas otras las traspasaré a mis futuros hijitos para que no se pierda la tradición.
¡Ah! Cualquier situación parecida…es mera coincidencia.
Así suelen poner los escritores…